Raja Dhiraja Yoga
El Rájádhirája Yoga es el camino práctico para la unificación (yoga) de la conciencia individual con la Conciencia Cósmica —nada menos que ése es el objetivo—.
Este es el objetivo más alto expresado de la existencia humana, la consecución de dicho objetivo se ha denominado el camino del “rey de los reyes” —Rájádhirája—.
"En este sendero sutil, la devoción o amor divino se señala como la piedra angular del camino, pero sin olvidar un armonioso ajuste con las otras esferas de la vida".
(Acharya Shambhushivananda Avadhúta)
Rája Dhirája Yoga contiene un grupo de técnicas que complementan la práctica y Shrii Shrii Ánandamúrti hizo una completa ampliación y adaptación.
Según la Yoga Raja, el mundo externo es la densa concreción del mundo mental, lo sutil es siempre causa de lo denso.
Así el mundo externo es el efecto y el mundo interno la causa. De la propia suerte las fuerzas operantes en el mundo externo son el aspecto grosero de las sutiles fuerzas del mundo interno.
Quien logre descubrir y dominar las sutiles fuerzas interiores dominará también las fuerzas de la naturaleza externa.
El yogui se propone nada menos que adquirir el dominio de la Naturaleza, trascender las leyes naturales de modo que no le afecten y sea dueño de ambos mundos externo e interno.
El avance de la civilización humana proviene precisamente del cada vez mayor dominio del hombre sobre la Naturaleza.
Para los sankhyas, todo el mundo externo y las envolturas, cuerpos o vehículos del hombre son materiales, y dan el nombre genérico de Prakriti a la materia o substancia de que están constituidos, pero hay diversos grados de densidad de esta materia, y la materia mental que constituye la mente es de grado muy sutil.
Lo único inmaterial, según la filosofía sankhya, es el espíritu, a la que llaman Purusha y hay tantos purushas como seres vivientes.
Por lo tanto, entre la materia mental y la materia física sólo hay diferencia de grado de densidad.
La mente es el instrumento por cuyo medio percibe Purusha los objetos externos, y es veleidosa, inconstante y mudable; pero una vez disciplinada, puede concentrarse en uno o más sentidos o abstraerse de todos ellos.
Por ejemplo, quien presta profunda atención a las campanadas de un reloj de torre, no percibirá nada con la vista aunque tenga los ojos abiertos, porque la mente se concentra del todo en el oído. Pero la mente disciplinada puede concentrarse a un mismo tiempo en todos los órganos de sensación y tiene la reflexiva facultad de concentrarse en sí misma.
El yogui aspira a actualizar esta reflexiva facultad y a concentrar la mente en sí misma para conocer lo que ocurre en su interior.
No hay en esto cuestión de creencia, si no el análisis que de sí mismos efectuaron los yoguis.
Los modernos fisiólogos nos dicen que los ojos no son el órgano de la visión, sino que este órgano es un centro cerebral, y lo mismo dijeron siglos antes los filósofos Sankhyas.